domingo, 30 de octubre de 2016

La designación de los Magistrados electorales

La integración del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con el sistema de nombramiento escalonado, estipulado desde la reforma electoral de 2007  en el Código electoral, trató que la “curva de aprendizaje” en la materia no implicara un riesgo en el desempeño de la Sala Superior. En virtud de la respectiva convocatoria, así como a la fracción II del artículo cuarto transitorio de la reforma constitucional  la Suprema Corte de Justicia de la Nación presentó las siete ternas para que el Senado eligiera por el voto de las dos terceras partes a los magistrados que estarán encargados de la justicia electoral lo que resta del sexenio de Enrique Peña Nieto y gran parte del próximo gobierno. En dicha selección de los magistrados electorales se hallan por lo menos tres observaciones, pues consideramos que dan sustento a una democracia de calidad, a saber los temas son: la paridad de género en la designación de los magistrados; la designación que trascienda criterios partidistas sin menoscabo de la respectiva politización de la designación (evitar la “colonización” que los partidos promueven de cualquier cuerpo colegiado) y, finalmente que el orden constitucional se cumpla cuidando que el principio de legalidad quede garantizado.
Los tres temas referidos tienen una dinámica que requiere atención particular, se advierte que una democracia igualitaria es una práctica que más allá de garantizar la respectiva cuota de género permite remediar y a su vez,  ser la garantía contra la discriminación que de manera sistémica se reproduce en los espacios de decisión; es decir, al habilitar acciones garantes de inclusión para mujeres se promueven valores en favor de la paridad y por ende de la democracia,  incluso la Magistrada María del Carmen Alanís va más lejos al señalar que “No puede hablarse de Estado democrático de Derecho sin la participación efectiva y real de las mujeres”. Sin embargo, a pesar de que hay voces que luchan por adoptar estos criterios, en la presente integración de la Sala Superior del TEPJF , que fue aprobada el pasado 20 de octubre, sólo se incluyeron dos mujeres, situación que fue observada por la legisladora independiente Martha Tagle al señalar que era deplorable que “la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya remitido al Senado dos ternas exclusivas de mujeres.”
Con respecto a la nominación y definición de los nuevos integrantes, los tres partidos con mayor número de senadores fueron quienes decidieron la designación de los magistrados, el criterio fue adoptado desde el pasado 18 de octubre cuando la Junta de Coordinación Política del Senado estableció por acuerdo la regla que se adoptaría en la designación de los siete magistrados del TEPJF, el PRI tendría la posibilidad de definir tres candidatos, dos por el PAN , uno por el PRD y uno más por el acuerdo de “todos” los partidos políticos.
La respectiva negociación entre tres fuerzas políticas en la Cámara de Senadores a saber, PAN, PRI y PRD, permitió una integración que para senadores de las otras fuerzas políticas excluidas (PT, independiente) se privilegió a las propuestas colocadas como “prioritarias”, alejándose de criterios de idoneidad y capacidad para ocupar el cargo, imperando el acuerdo político. Es así que con base a un sistema de veto mutuo, tanto el PRI y el PAN lograron mantener o colocar a sus candidatos, por ejemplo,  destacamos el caso de José Luis Vargas quien fue impugnado pero después de “negociar” que De la Mata Pizaña fuera elegido por nueve años, el PAN cedió en su impugnación del candidato a magistrado propuesto por el PRI. Al respecto de los criterios que determinaron la designación Jorge Alcocer ha señalado que las cuotas partidistas “fueron sobrepuestas a cualquier otro criterio de evaluación” e incluso se tomaron decisiones apelando al vínculo personal o de “cuates” con alguno de los legisladores.
Finalmente, con respecto a la duración en el cargo de los magistrados, el pasado 25 de octubre se ha presentado en el Senado la iniciativa que modifica el artículo cuarto transitorio de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, dicha modificación fue discutida en la JUCOPO el mismo día en que se aprobó el mecanismo de designación, el 18 de octubre. Tal y como trascendió en la prensa y en la iniciativa referida arriba, se propone ampliar la duración de los magistrados que han sido designados, los magistrados que se verían beneficiados son: Felipe Alfredo Fuentes Barrera y Reyes Rodríguez Mondragón, designados por seis años, así como José Luis Vargas Valdez e Indalfer Infante González, designados por tres años. Es así que si la iniciativa procede los magistrados, entrarán en funciones el próximo 4 de noviembre, verían ampliado su período bajo el siguiente esquema: los electos para 3 años a 7 y los de 6 a 8 años. El criterio para adoptar una posible resolución en el sentido arriba expuesto apela a la estabilidad o incluso a una “necesidad histórica” como advierte María Marvan. Lo que es evidente en la propuesta es una clara violación constitucional del artículo 13 y 99, es un claro ejemplo de una ley privativa,  así también la reforma nos coloca ante una acción que atenta contra la improrrogabilidad de extender el nombramiento de los miembros de la Sala Superior como  de las salas regionales. En suma, que se impulse el decreto atenta contra la legitimidad, respetabilidad y autoridad de la Sala Superior del TEPJF e incluso podemos advertir, que si no hay una postura de los magistrados electos rechazando dicho acuerdo de la JUCOPO, obliga a evaluar si los compromisos políticos no condicionan la independencia de los magistrados así como su imparcialidad. No está por demás advertir, la propuesta violenta los principios de legalidad y de seguridad jurídica que en todo momento deben primar en toda decisión en la que el legislador está comprometido a garantizar la primacía del orden constitucional.

México en la agenda de Estados Unidos

Para Estados Unidos la relación con  México no es prioritaria; sin embargo, podemos reconocer la existencia de una agenda que ha sido recurrente entre los dos países, el tema comercial, narcotráfico y migración. Para los candidatos, demócrata y republicano, destaco aspectos de interés: revisión del Tratado de Libre Comercio, las políticas de seguridad asociadas con posibles deportaciones de líderes de grupos delictivos, así como la posibilidad de impulsar una reforma migratoria conforman una agenda que de por sí estará determinada por la capacidad de negociación del gobierno con los grupos de presión así como con congresistas que abiertamente están opuestos a impulsar cambios en este rubro. Las observaciones sobre el terreno comercial están encaminadas a establecer mecanismos de protección más que alentar una mayor apertura. Hay regiones que son más importantes para Estados Unidos en este momento: medio oriente, China y Europa.