Salvador Mora
Velázquez
Las
candidaturas independientes se han convertido en las alternativas más allá de
los partidos políticos, lo que ha replanteado el escenario electoral del país.
Sin embargo, hay que reconocer que las candidaturas independientes más que
resolver la crisis que la representación política la ahondan, pues la
personalización de la política que se construye en la habilitación de este tipo
de candidatos se construye a partir del rechazo a la política institucional,
por resultados poco favorables en la gestión de gobierno o al negativo perfil
de los candidatos de los partidos. La reacción de los gobiernos estatales (en
clara confrontación) han asumido una serie de reformas para contener el empuje
de este tipo de candidaturas que en una suerte de castigo el ciudadano arropa.
Ambas posiciones se debaten entre independientes-ciudadanos/políticos, bajo
este esquema la crisis de la representación puede polarizarse aun más.
Es sugerente
advertir que para el legislador las reformas que demanda el nuevo escenario
político-electoral no están presentes en su discurso, hoy lo que importa es
cómo hacer gobernable el país con gobiernos en los que hipotéticamente la
gubernatura, presidencia municipal o algún escaño en la legislatura puede
quedar en manos de representantes sin partido, se hace necesario el
establecimiento de gobiernos de coalición que eviten posibles “empantamientos
legislativos” o la parálisis de gobiernos debido a la falta de acuerdos entre
los poderes. En suma, el dilema de los candidatos independientes se encuentra
en la viabilidad de los proyectos políticos que encabezan en contextos en donde
la pluralidad domina, como es el poder legislativo local o federal, o en donde
la solitaria fórmula que encabezan está expuesta a vetos o a la falta de
apoyos, ya sea como presidentes municipales o legisladores
Por sí mismas
las candidaturas independientes requieren regulaciones más efectivas en materia
de financiamiento público y privado, la fiscalización de los recursos, el
acceso a los medios de comunicación, la consecución de las firmas de apoyo para
obtener su registro, así como los tiempos para la solicitar su intención para
ser candidato. Recomponer la figura de los candidatos independientes, mediante
la revisión de los temas arriba referidos, es para lograr que se garantice el
ejercicio de un derecho constitucional, así como posibilitar que sean una real
y efectiva alternativa para el elector.
El objetivo
de las siguientes adecuaciones que hemos enunciado es para que este tipo de
candidatos logre mantener su independencia de la influencia de grupos fácticos,
económicos, de comunicación ya que hay un probable riesgo de que este tipo de
candidaturas sean el espacio por el que se cuelen a la vida institucional una
serie de actores no deseables que impriman una dinámica distinta al interés
colectivo de la sociedad.
Finalmente,
el desempeño como gobernador de Jaime Rodríguez Calderón “Bronco” será un
referente para hablar de la viabilidad futura de este tipo de candidaturas, ya
sea para el elector o para aquellos grupos de interés que apoyaron, para ambos
actores este tipo de candidatos guardan expectativas crecientes sólo que en
direcciones distintas.