domingo, 14 de septiembre de 2008

EL DÍA MÁS VIOLENTO

El día más violento en la República mexicana  no sólo nos dice que el proyecto y estrategia de seguridad implementado por el Gobierno federal ha fallado si no que ha sido inoperante, también nos presenta ante los medios de comunicación a funcionarios públicos que resuelven las duras preguntas de los reporteros con argumentos tan simples que parecen desinteresados, pensar que la muerte de estas 48 personas 24 de ellas con una edad de entre 25 y 35 años nos habla de un asunto no menor, la violencia cada vez alcanza a población más joven. Esta tan evidente demostración empírica nos permite una reflexión que agudiza y pone atención sobre la función de los gobiernos para prevenir la violencia como código de interacción, la violencia como método de desarticulación social no sólo representa un problema para los índices policiacos, nos sitúa en que la justicia en México lucha contra un actor escondido bajo la piel de una sociedad en descomposición. Pero al mismo tiempo nos muestra el difícil mundo al que se enfrenta la población joven de México. La inoperancia de programas sociales de una integral política de empleo e incluso de un proyecto educativo nacional nos ofrece un cuadro crítico en la cual la salud del país se ve diezmada. Sobre todo cuando nuestro médico preventivo se encuentra inmerso en esta espiral de violencia. Por ejemplo veamos las declaraciones de García Luna quien señala que todas la policías están infiltradas por el crimen organizado, o que en casos en concreto nos enfrentamos que un agente federal está involucrado y posiblemente es señalado como un miembro más de la banda que secuestró y asesinó al joven de la familia Martí. Tanto de un bando como de otro hay hombres y mujeres que sin menoscabar su condición son mexicanos, ¿qué ha ocurrido para que los hoy delincuentes hayan hecho una vida por fuera de los marcos de convivencia que la institución del Estado ha proveído para todos?, ¿cuál es la capacidad para enfrentar este poder fáctico que puede disponer de la vida de seres humanos en plena luz del día?, ¿dónde está la acción integral de nuestra policía?, ¿cómo debemos entender los acuerdos de seguridad en los que nuestros gobernantes se desviven en reuniones que son poco productivas? Ahí queda para la historia este día viernes 12 de septiembre de 2008 como el día en que la ineficacia de los gobiernos representó la jornada en que México se quedó sin una institución formal que le garantizara sus derechos y libertades.

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