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miércoles, 14 de julio de 2010

Cambios: llega un secretario sale un secretario

Fue diputado y compañero de bancada de Felipe Calderón en la LVIII Legislatura de la Cámara de Diputados, durante el período que corre del año 2000 al 2003, posteriormente regresó a su estado Baja California para convertirse en Diputado Local de 2004 a 2007, en el transcurso de su encargo como representante popular, en el año de 2006, se le mencionó como posible miembro del gabinete del entonces presidente electo Felipe Calderón. El hipotético nombramiento lo ubicaba en la Procuraduría General de la República, no sucedió, en cabio al finalizar su gestión como legislador en 2007 el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna, lo incorporó en su gabinete como Secretario General de Gobierno. Ahora es convocado para incorporarse al gabinete ahora sí de Felipe Calderón su otrora líder en el Congreso Federal, para ocupar la titularidad de la Secretaría de Gobernación, un espacio político por naturaleza, conforme a las funciones que desempeña el titular de esta Secretaría es quien se encarga de la política interna del país, por eso cuando se buscan en los datos curriculares de Francisco Blake Mora su perfil deja demasiadas dudas.

A pesar de que se pueda apreciar que su llegada a la Secretaría de Gobernación no es por sus méritos sino por alguna encomienda que de tan precisa no se ve qué pueda ser, Blake Mora es quizá el hombre que tratará de ofrecer respuestas al problema de seguridad y dar seguimiento coordinado a la guerra que contra el narcotráfico el presidente de la República ha propuesto como política sexenal. Asimismo, es posible entender el nombramiento de un político de mediano y hasta muy bajo perfil para terminar con los enfrentamientos verbales o alocuciones envalentonadas que su sucesor profería, la memoria nos obliga a recuperar tan sólo la última confrontación pues profirió una serie de ideas hacia los defensores de derechos humanos que no vale la pena considerar pero sí poner como un ejemplo nítido de la debilidad que ante los micrófonos tuvo Fernando Gómez Mont.

No esperemos demasiado de los nombramientos, pero la salida de Ruíz Mateos de la Secretaría de Economía nos muestra la debilidad que guarda el área económica para el presidente, su regreso a Los Pinos nos hace pensar en un acción presidencial de la que lo único factible es que el grupo interno y cercano del titular del Ejecutivo apresta una estrategia con miras a enfrentar el último tramo de su sexenio. Es quizá esta idea la que sugiere que la salida de Patricia Flores también implica el fin de las aspiraciones presidenciales de Alonso Lujambio, quedando el camino para que Ernesto Cordero titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se consolide al mantener altos bonos para varios de los miembros que aun quedan en Los Pinos.

Una Secretaría de Gobernación de bajo perfil no implica que se contara con la disposición para negociar los diferentes puntos de la agenda que están abiertos, por el contrario puede representar la subordinación de la política a los tiempos y necesidades del presidente quien ha modificado su estrategia a partir de que la “alianza amplia” arrojo resultados positivos que lo han quitado de una situación crítica, hoy está en condiciones de negociar, para ello quizá requiere de un funcionario dócil, útil para que César Nava, el presidente por extensión pongan por doble vía sus intereses en la mesa entre partidos y gobierno. La mira es 2012 que no se olvide. Por eso, Blake Mora ha llegado a ocupar un espacio que se desgasta rápido pero el costo es menor con un funcionario de bajo muy bajo perfil.

Pd. Por cierto a Blake Mora hay que agregarle en su curriculum la derrota electoral en Baja California en el pasado proceso electoral del 4 de julio.

domingo, 11 de octubre de 2009

LA QUIEBRA

La violentación de los derechos de los trabajadores no es un hecho aislado, la acción del gobierno de Felipe Calderón ha sido recurrente, el nuevo botón de muestra lo ofrece la salida que se le ha dado al conflicto laboral de Luz y Fuerza del Centro. La liquidación de la empresa descentralizada que ofrecía el servicio de electricidad, no debe verse como un problema que se queda en la competencia laboral, sino en el ámbito de los derechos de los ciudadanos y las libertades individuales pues consideramos que, si bien se cubre la parte formal apegando su respuesta conforme al marco de atribuciones y competencias del gobierno, no necesariamente son acciones que benefician al trabajador con lo que se afecta el derecho del obrero, se violenta su contrato colectivo. En este mismo sentido, tenemos que las acciones iliberales que significan estos actos que contravienen los principios y derechos que permiten la vida colectiva, hoy en día se vuelven una forma de gobernar de Felipe Calderón. Como acciones es preocupante observar que la derecha vaya contra los trabajadores, atente contra el derecho a tener trabajo. La salida más simple y llana demuestra la incapacidad de un gobierno que se ve rebasado para ofrecer salidas viables a los ingentes y permanentes problemas que la gestión y administración de gobierno vive día con día. El escenario no es halagüeño en la misma situación el IMSS ha funcionado, la SEP, la propia paraestatal PEMEX, no es asunto menor el aspecto financiero pero, la viabilidad del modelo de país está en incertidumbre.

Calderón y su gobierno en momentos de incertidumbre en lugar de ofrecer la información necesaria que trate de llenar las lagunas y dudas que deja un decreto que ofrece cifras sin ton ni son, que también pone a la libre interpretación la acción gubernamental, tan sólo nos lleva a pensar en la incapacidad para manejar los momentos críticos por parte de su gabinete. Apelemos a un asunto ético y a la responsabilidad social que el gobierno tiene con el conjunto de la sociedad, en su decreto no hay una clara posición, por eso volquemos nuestra preocupación y esperemos a la brevedad que la respuesta gubernamental sea la más conveniente y que a su vez permita contar con la información necesaria para formarnos una opinión que resista la crítica. Pues éticamente Felipe Calderón está obligado a ofrecernos información fidedigna de su proceder que ha llevado a declarar la quiebra de Luz y Fuerza del Centro. Pero al mismo tiempo a disponer a la brevedad los mecanismos por los que los pagos de salarios, prestaciones y liquidaciones le corresponden a cada uno de los trabajadores. Esperamos que esto lo tengan claro porque si no es así el problema se irá acrecentando conforme avance la semana.

La decisión y el decreto debió mantener un elemento básico ser lo más explícito posible, no dejar a las suspicacias del lector o del observador una serie de interpretaciones que no favorecen la imagen y función del gobierno. El carácter iliberal de la acción es fácil de observar, un gobierno que emana de un proceso cívico de alta responsabilidad ciudadana, bajo los marcos de la convivencia y de la libre voluntad expresada en la urna, no encuentra en su gobierno un espejo basado en el respeto de las libertades, por el contrario las tendencias autoritarias y poco apegadas a las reglas ciudadanas son expresiones de las que tenemos que atender cuando venga el proceso de la rendición de cuentas electoral. Por el momento ha incumplido una de sus promesas más sentidas, el pleno empleo, la segunda y la que motiva estas líneas se constituye a partir de observar que el gobierno conservador de Felipe Calderón no ha sido objetivo y responsable de su alta función, de ahí que está en nuestro derecho y como mecanismo de convergencia que la declaración oficial que se haga ante esta acción de quiebra de la compañía sea altamente satisfactoria y que a su vez cubra tres ámbitos: a) que ofrezca respuestas laboralmente razonables a los trabajadores; b) que brinde al área de las empresas descentralizadas y paraestatales la certidumbre jurídica y de operación para que no vivan a expensas de los desvaríos presidenciales; c) que se ofrezca certidumbre al usuario de que el servicio se seguirá manteniendo sin ninguna limitación ante actos unilaterales y hasta el momento socialmente incomprensibles.